Hace unos días, comentamos una de las citas del reality «First Dates», que iba del tema hablar demasiado. Hoy, vamos a comentar otra. En este caso, sobre la sinceridad en las primeras citas.
Antes de nada, vamos a diferenciar entre «ser sincero» y «ser excesivamente sincero«. Una cosa es que en tu primera cita te pregunten, por ejemplo, qué partes de tu físico no te gustan, y se las confieses, si te apetece, y otra totalmente diferente es que, sin preguntártelo, comiences por contarle todos los defectos que ves en ti y en tu vida. ¿Qué necesidad hay? ¿Por qué no esperar a hacerlo más adelante, si así lo deseas, o cuando te pregunten, en el caso de que quieras contestar a esa pregunta?
Si eres de esas personas que te consideras «muy sincera», te pregunto, ¿te has planteado si no sería mejor continuar con esa sinceridad, pero eligiendo temas positivos, en vez de negativos, o en todo caso, dejarlos para más tarde?