First Dates. Primeras citas. ¿Hablo demasiado?

Como ya sabréis muchos, recientemente, se ha estrenado en España el nuevo dating del canal Cuatro, «First Dates» (Primeras Citas). Como su nombre indica, el reality se desarrolla a través de primeras citas por parejas, mientras cenan en un elegante restaurante. A partir de ahí, se trata de ver qué ocurre después, si surge el amor, o no. En estos primeros capítulos ya ha habido de todo, desde flechazos, a hachazos, a primera vista.

Esta es una oportunidad muy buena para observar qué aciertos tienen los participantes a la hora de conquistar al otro, y qué fallos cometen, ya que son citas reales. Todo esto si se da el caso de que, realmente, quieran seducir al otro, claro, porque hay citas que desde el primer momento se ve que ninguno de los dos tiene el más mínimo interés en conquistar al otro, de modo que importa poco lo que hagan o lo que no hagan, el resultado será el mismo.

Hoy, voy a comentar una de las citas que me ha llamado la atención: la de Alicia y Jorge (dejo el enlace del vídeo más abajo). Y digo que me ha llamado la atención porque Alicia es una mujer muy sociable, muy extrovertida, muy agradable, etc., sin embargo, en su primera cita cometió un fallo que muchas personas cometen, especialmente, cuando ponen demasiado empeño en que la cita salga bien. ¿Cuál es ese fallo? Hablar demasiado.

Alicia no paraba de hablar sobre la innumerable lista de cosas que le gustaban de su vida, su profesión, sus hobbies, etc. Convirtió lo que debería ser un diálogo, en un monólogo. Desde su punto de vista, pensaría que mostrar su entusiasmo por todas esas cosas que le gustaban era algo genial para crear un buen clímax. ¿Pero de qué no se daba cuenta? De dos cosas:

1. ¿Se fijaba en si a Jorge le interesaban esos temas? Como se puede ver en el vídeo, no lo hacía. Él mostraba, constantemente, gestos como mirar hacia otro lado, hacia arriba, hacia abajo (al estilo de la foto de arriba), apenas interactuaba en la conversación, incluso le dijo a la camarera que no tardara en volver, etc. Pero Alicia no se daba cuenta (o no quería darse cuenta). Incluso la camarera le comentó que veía a Jorge como más calladito, y Alicia negaba la mayor, decía que no, que al contrario, que él estaba hablando mucho. Parecía que Alicia estaba en su mundo, y no se daba cuenta de que Jorge estaba siendo avasallado por tanto monólogo por parte de ella.

2. En el caso de que se diera cuenta de que Jorge NO estaba interesado en los temas de los que ella hablaba. ¿Trataba Alicia de hacer algo diferente? NO. En vez de cambiar de estrategia, y dejar que él hablara más, tomaba casi siempre el protagonismo en la conversación. Lo curioso es que a Alicia se le notaba que llevaba buena intención, que quería crear buen ambiente en la cita. Seguramente, pensaría, «si sigo hablando de los temas que a mí me gustan, y aunque a Jorge al principio no le interesen demasiado, al final le gustarán, le motivaré con mi entusiasmo, así que voy a seguir hablando«. Pero no. No por hablar más de un tema que al otro no le interesa, va a mejorar la cosa. Normalmente, sucede lo contrario.

¿Qué podría haber hecho Alicia en el caso de que se hubiera dado cuenta de que a Jorge no le interesaban los temas de los que le hablaba? Tan sencillo como enfocarse más en él y hacerle sencillas preguntas del tipo: «¿Qué te gusta a ti?», «¿De qué cosas disfrutas?», «Cuando tienes tiempo libre, ¿qué haces?», «¿Qué tipo de música te gusta?», etc. A partir de ahí, ver en qué cosas coincidían y estaban AMBOS interesados, no sólo ella. Así, se habría dado un diálogo, no un monólogo.

Resumiendo esta primera cita. ¿Es bueno hablar mucho? Si la conversación se convierte en un monólogo, NO. La otra persona casi siempre se aburrirá y no querrá repetir esa experiencia. Si tienes tendencia a hablar mucho, presta atención a cuánto tiempo lleva la otra persona sin decir nada. Si llevas, por ejemplo, más de un minuto hablando y la otra persona está callada, o notas que hace gestos de no estar interesada, cambia el tercio. Pregúntale tú algo, haz que hable sobre sí misma, sobre su vida, qué cosas le motivan, qué cosas le gustan: cine, viajes, música, televisión, deportes, etc.

No obstante, hay una cosa más importante que fijarte en si hablas mucho o no, que es centrarte, sobre todo, en pasártelo bien, en que se lo pase bien la otra persona contigo, que la cita sea divertida, alegre, que juguéis, que ambos os riais. Esa es la mejor garantía para la mejor de tus citas. 🙂

Si quieres saber más sobre de qué hablar en las primeras citas, puedes leer este enlace.

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Si necesitas ayuda para este tema, o para cualquier otro, puedes usar la Consulta Online.

Psólogo Murcia

2 comentarios en “First Dates. Primeras citas. ¿Hablo demasiado?

  1. ¿cuántas veces se te ha acercado alguien que no conocías y antes de saludarte, presentarse o hablar contigo, se ha quedado mirando para ti un instante más de la cuenta? ¿cómo disfrutando de ese primer contacto visual en silencio, y disfrutándolo mientras sonreia con el alma? hablar, hablar, hablar. hablamos demasiado. creo que debemos aprender tambien a callar. que es hablar menos y sentir más.

    imagínate siendo tú el protagonista de la escena que describía al principio. habla menos, siente más. hay ruidos y conversaciones vacias , y silencios que mueven, que llenan el alma. en el silencio los momentos se intensifican y los segundos se alargan, como si la vida se quedase quieta por un momento.

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